«Las unidades de terapia intensiva de Bolivia no están preparadas para la asistencia sanitaria de pacientes críticos con COVID-19”, concluye una investigación realizada por los especialistas en medicina Intensiva y epidemiología, Patricio Gutiérrez y Wayra Paz, respectivamente.
¿Por qué no están preparadas? “Por déficit en recursos humanos, infraestructura, equipamiento, insumos y medicamentos, pero principalmente por la falta de equipos de protección personal que permitan brindar seguridad al personal de salud para sostener la contingencia sanitaria”, alerta el estudio.
En contacto con RimayPampa, Patricio Gutiérrez dijo que, en este momento, “no hay condiciones, no hay seguridad. Ahorita, hay miedo en el personal de salud. Tanto es el miedo que no quieren atender (a las personas con COVID-19”.
Con el fin de superar las deficiencias señaladas, la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensita, presidida por el especialista Adrián Ávila, solicitó el pasado martes al ministro de Salud, Aníbal Cruz, a través de una carta (foto), una audiencia urgente para presentarle una propuesta técnica ante la pandemia.
Recomendaciones
La investigación de Gutiérrez y Paz formula cuatro recomendaciones:
- “Redistribuir los equipos de protección personal disponibles en el país priorizando al personal de salud que trabaja en unidades de terapia intensiva por la mayor probabilidad de contagio”.
El propósito de esta recomendación es que no falten profesionales para atender a pacientes críticos con COVID-19. La carencia puede incrementar la morbilidad y mortalidad a causa de la pandemia.
- Utilizar los recursos disponibles para reconvertir salas de internación a unidades de terapia intensiva en hospitales de tercer nivel para incrementar su capacidad de resolución.
Patricio Gutiérrez dijo que en este momento en el país hay 430 camas de terapia intensiva y con esta sugerencia se puede duplicar ese número: 860.
- Destinar en forma exclusiva un centro de referencia en el sistema público y otro en el seguro a corto plazo por departamento para la atención de pacientes con patología respiratoria grave como centro de de referencia regional, con criterios de internación claramente establecidos, para evitar la transmisión intrahospitalaria y en el personal de salud por COVID-19 (de tal modo) que colapse el sistema de salud.
- Elaborar protocolos con utilización eficiente del tiempo y recursos humanos para incrementar el rendimiento de los equipos de protección personal y la gestión de recursos en las unidades de terapia intensiva.
Alianza interinstitucional por Bolivia
Además de las recomendaciones indicadas, Gutiérrez planteó una “Alianza Interinstitucional por Bolivia” entre el sistema de salud público, privado y seguridad social para enfrentar el coronavirus.
También propuso crear un centro de monitoreo de gestión de camas para tener los datos exactos sobre la cantidad de camas de terapia intensiva ocupadas y las que están libres y en qué hospitales.
¿Qué debe tener una Unidad de Terapia Intensiva?
En diálogo con RimayPampa, Patricio Gutiérrez describió los recursos técnicos y humanos que comprende una Unidad de Terapia Intensiva.
- Una cama eléctrica especial que evita que el paciente se llene de llagas.
- Máquina para ayudar a respirar (ventilador mecánico)
- Monitor multiparamétrico para medir los signos vitales (latidos y respiración)
- Bombas de infusión contínua (10 bombas por cama para administrar medicamentos)
- Un médico especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva (en Bolivia hay 190; Bolivia requiere al menos 500)
- Una enfermera con post grado en Terapia Intensiva.
Además, Gutiérrez dijo que los médicos que van a atender a personas con COVID-19 deben contar mínimamente con lentes, gorro, barbijo, guantes, bata.
Escenario posible
En la carta enviada al Ministro de Salud, el médico Adrián Ávila dijo, en función de la información científica disponible, que COVID-19 tiene una tasa de ataque del 2% y que del 100% de los infectados 6% requerirá atención en una unidad de terapia intensiva por la severidad de la enfermedad.
En este sentido, Patricio Gutiérrez proyectó el siguiente escenario. “Si en el país llegamos a 850 casos de coronavirus, 48 pacientes necesitarán terapia intensiva. Digamos 50. Al paciente 51 ya no habrá a donde ingresar. Por eso damos la voz de alarma en este momento”, sostuvo.
En promedio —agregó— se necesita en promedio una unidad de terapia intensiva por cada 10.000 habitantes. En Bolivia, somos 11.590.300 habitantes, por tanto necesitamos 1.160 camas de terapia intensiva, pero sólo tenemos 43.
“Nuestra intención no es echar la culpa al actual gobierno del problema estructural de la salud en nuestro país. Queremos brindar una asesoramiento técnico”, dijo al reiterar la solicitud de reunión urgente que hicieron al ministro de Salud, Aníbal Cruz.
Lee a continuación el estudio completo.