Inclusión financiera

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Por: Remy Martinez 
Economista 
Desde finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX empiezan a constituirse entidades financieras dispuestas a facilitar el acceso a productos y servicios financieros a aquellos sectores que solían ser excluidos por la banca tradicional, de esa manera en la gestión 2009 el G20 establece como prioridad la inclusión financiera, a partir de ello, diferentes países han tomado conciencia de la importancia de la misma. Bolivia no ha sido la excepción, es por ello que el 05 de agosto de 2013 se aprobó la nueva Ley para el Sistema Financiero N°393, la cual entre sus objetivos propone remediar la baja inclusión financiera. 
Al respecto, cabe señalar que a la fecha no existe un consenso sobre la definición de inclusión financiera, sin embargo se puede entender como la situación en la que la población puede acceder a productos y servicios financieros de calidad y usar los mismos con frecuencia y oportunidad, de tal forma que las necesidades de los usuarios sean satisfechas de manera adecuada y eficiente, la inclusión se refiere a que las instituciones financieras oferten productos y servicios a la totalidad de la población en función a sus requerimientos, y que las personas utilicen los mismos para realizar sus actividades económicas y alcanzar el bienestar. 
En ese sentido, la inclusión financiera puede ser expresada por tres dimensiones: la primera es el acceso, entendido como la capacidad de utilizar los productos (caja de ahorros, tipos de créditos, banca móvil, tipos de seguro, etc.) y servicios financieros (transacciones de cuentas bancarias, crediticias, internet, telefónicas, de seguros etc.) disponibles en el sistema financiero formal. 
La segunda dimensión es el uso, que se refiere a la frecuencia con la que una persona utiliza un producto o servicio financiero, que dependerá de las necesidades del individuo, y de sus preferencias de acuerdo a las diferentes circunstancias en las que se encuentre. 
Y la tercera dimensión es la calidad, la cual se refiere a la forma en que se otorga un servicio y si el mismo responde a las necesidades de la población. 
En ese contexto, el acceso puede ser descrito por la cobertura de los Puntos de Atención Financiera (PAF), que están compuestos por sucursales, agencias y cajeros automáticos. Al 31 de diciembre de 2017 los PAF ascienden a 6.024, de los cuales 2.985 corresponden a sucursales y agencias; y 3.039 a cajeros automáticos. 
El 79% de los PAF se encuentran en el área urbana y el 21% en el área rural, es decir que de un total de 339 municipios del país, el 56% aún no cuenta con un punto de atención al público, por lo que existirían personas asentadas principalmente en áreas rurales que no cuentan con servicios financieros. A pesar de ello, se debe mencionar que a nivel nacional el índice de acceso a servicios financieros pasó de 39 en 2013 a 54 en 2017, es decir que existen 54 PAF por cada 100.000 habitantes, esto demuestra el esfuerzo que han estado realizando las entidades financieras a fin de facilitar el acceso a la población. 
Respecto a la dimensión uso, de acuerdo a la 1ra Encuesta Nacional de Servicios Financieros de 2015-ENSF realizada por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero-ASFI, existen diversas razones por las cuales una persona no utiliza productos o servicios financieros de ahorro, las que se destacan son: la preferencia por pagar en efectivo, hecho que muestra que las personas aún no conocen a profundidad las ventajas de la banca móvil ni la forma de uso, las razones que le preceden son; ingresos insuficientes, que no permiten generar excedentes para ser destinados al ahorro; y comisiones altas, ya que los costos de utilizar un servicio sería elevado. Estos factores ponen en evidencia una necesidad de incrementar la educación financiera, y evaluar los costos de las transacciones del sistema financiero. 
Respecto a los créditos, el índice de uso de créditos de 2013 era 26,40, pasando a 29,84 en diciembre de 2017, asimismo, el índice de uso correspondiente a los prestatarios compartidos paso de 12,54 a 14,17, esto podría mostrar los resultados de las diferentes acciones que han estado llevando a cabo las entidades financieras para que la población acceda a créditos. 
Entre las principales razones por las cuales una persona no tiene un crédito se encuentran; no le interesa o no lo necesita (48%); no cumple con los requisitos para obtener un crédito (13%). Esto significa que aún existen barreras por superar a fin de lograr una mayor inclusión financiera, sin embargo también se debe reconocer que una parte de la población se autoexcluye de manera voluntaria. 

En el caso de la calidad, la ASFI calculó el índice de satisfacción que asciende a 7,85 en una escala del 1 al 10, resultando que la característica más importante para las personas fue la amabilidad con la que se atiende al cliente, seguida de la variedad de servicios ofertados, la imagen de la entidad financiera, rapidez del servicio y la información otorgada al cliente sobre los servicios. 
Es así que, las empresas buscan mejorar la productividad de sus factores a través de los créditos, los cuales son utilizados ya sea como capital de operaciones o capital de inversión, para incrementar la productividad de sus empresas, esto conlleva una mayor generación de ingresos, de esta manera el sistema financiero contribuye a la interacción entre los individuos y empresas que tienen un excedente y aquellos que buscan financiamiento, a fin de invertir en actividades económicas, y así obtener un rédito, el cual podría reflejarse en una mejor educación, salud y acceso a vivienda. Por lo tanto, un mayor acceso en el marco de la inclusión financiera podría asociarse en un incremento en el bienestar de las familias. 
Por lo expuesto, cabe señalar que posterior a la aprobación de la Ley de Servicios Financieros ha habido un incremento en la cobertura de las entidades financieras a fin de disminuir a la población excluida, sin embargo la tarea de incrementar la inclusión financiera aún requiere un arduo trabajo principalmente por el lado del uso, el cual puede promoverse a través de la educación financiera para los diferentes segmentos de la población.

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