Lo tuvo claro desde que le dieron el diagnóstico de ELA. “Me informé un poco y vi lo que me esperaba: acabar vegetal”, añadía el 10 de febrero, cuando ya solo apuraba el tiempo que la movilidad de la mano derecha le iba a permitir retrasar el suicidio. Aún en su último día, la mueve compulsivamente, como para comprobar que todavía va a servirle para tomarse, solo, la medicación.
Eutanasia: “Me indigna tener que morir en clandestinidad”
Latest from Blog
Teherán debe aceptar ahora la paz o habrá ataques futuros “mucho mayores”, ha dicho Trump en
De acuerdo con Data Intelligence, en la primera quincena de junio, los precios de Alimentos y
Durante décadas, las empresas operaron bajo un modelo centrado en la autosuficiencia y el control. La
El estudio denominado “Navegando entre riesgos invisibles y oportunidades reales: niñas, niños y adolescentes en el
En los últimos 15 años, el consumo de energía eléctrica en Bolivia se duplicó: pasó de
Nuevamente la ciudadanía boliviana ha sido víctima de eventos criminales que desencadenaron una espiral de violencia
La demanda global de minerales estratégicos crece debido a la urgente transición hacia energías limpias y
El Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos 2024, que fue elaborado por la Defensoría
En medio de un recorrido de inspección al Ñembi Guasu, la Central Ayorea Nativa del Oriente
La inclusión de Bolivia en la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) no