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Estudio establece las condiciones para que los productores de trigo accedan a un seguro comercial

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  • Se realizó un diagnóstico para determinar cuáles son las mayores amenazas climatológicas en las diferentes zonas productoras.
  • El trabajo se realizó en el marco de un convenio suscrito entre el Instituto del Seguro Agrario (INSA) y la Fundación PROFIN, a través de su Proyecto de Seguros Inclusivos.
  • El 58% de los productores encuestados están afiliados a Anapo. La organización destaca que un seguro para el sector permitiría aumentar la superficie cultivada y las inversiones.

Tras tres meses de estudio en zonas del Norte y Este del Departamento de Santa Cruz, se determinaron las condiciones climatológicas que afectan los cultivos de trigo y se definieron las bases para la puesta en marcha de un seguro comercial que permita a los pequeños y medianos productores, cubrir las eventuales pérdidas por eventos climatológicos.

El estudio denominado “Diagnóstico, estimación de rendimiento en campo y superficie cultivada de trigo en el Departamento de Santa Cruz, campaña de invierno 2020”, fue financiado por la Embajada y Cooperación Suiza con su proyecto Seguros Inclusivos en alianza con el Instituto Nacional del Seguro Agrario (INSA).

Los resultados, que se presentaron ayer en la sede de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), permitirán establecer una base para que los pequeños y medianos productores de trigo puedan acceder a este seguro y proteger su producción, ya que por primera vez se cuenta con un relevamiento de información productiva y una estimación del rendimiento en campo, variables que servirán a las aseguradoras para valorar de manera objetiva el riesgo y proponer las mejores condiciones de cobertura y prima a los agricultores.

El director ejecutivo de Profin, Edwin Vargas, manifestó la satisfacción de su institución de haber apoyado este estudio, cuya información facilita el camino para la construcción de alternativas de seguro y, también, establecer pautas para acciones que se puedan desplegar desde diferentes niveles de gobierno, como por ejemplo, la evaluación de que en algún momento se pueda subsidiar parte de este tipo de seguros.

El director de Seguros y Subsidios del INSA, Germán Gallardo, explicó que, en base a estos resultados, su entidad establecerá los parámetros para que las empresas aseguradoras que así lo deseen, puedan ofrecer este producto a los agricultores. Agregó que se está desarrollando un proceso de construcción para generar seguros para el sector, que incluye la generación de confianza mutua, entre la aseguradora y el potencial beneficiario.

El vicepresidente de Anapo, Fidel Flores, destacó la importancia que tendría para los productores el poder acceder a un seguro para el cultivo del trigo, permite garantizar la inversión y recuperarla en caso de que se produzcan pérdidas. Actualmente no existe ningún seguro de estas características y, a juicio de Flores, impulsarlo en el sector triguero tendría un gran impacto, ya que se podría aumentar la superficie cultivada y, por lo tanto, la oferta, en un producto en el cual el país apenas alcanza a cubrir el 29% de la demanda anual.

Los resultados

El estudio, que estuvo a cargo de las empresas ProyectAgro y Terramap, se realizó durante la campaña de invierno 2020 en ocho municipios cruceños y evaluó el desempeño de los campos de 172 pequeños, medianos y grandes productores. Para este trabajo, que permitió realizar una estimación de rendimiento, se capacitó a un grupo de 50 agrónomos.

Además, se tomaron muestras en campo de la producción de 92 agricultores. Esta labor se inició 20 días antes de la cosecha e incluyó un monitoreo para establecer el efecto negativo del viento, la lluvia y la sequía.

Para el trabajo, se tuvo el apoyo de imágenes satelitales y de drones, las cuales ayudaron a establecer el impacto y el porcentaje de afectación en el rendimiento.

Como parte de las conclusiones, se estableció que en la zona Norte, el mayor daño se produce por los vientos, mientras que, en la zona Este, la mayor afectación es por la sequía; aunque durante la última campaña, los vientos fueron el mayor problema en ambas zonas.

En Santa Cruz, alrededor de 2.500 productores cultivan trigo durante la campaña de invierno, realizando la siembra entre abril y junio para ingresar a la cosecha desde fines de agosto hasta mediados de septiembre. La producción anual alcanza a alrededor de 237 mil toneladas, con un rendimiento promedio de 1,9 toneladas por hectárea.

Actualmente la oferta nacional sólo cubre el 29% del consumo. Un 70% de la superficie cultivada y de la producción, se generan en Santa Cruz.

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