En una decisión que marca un punto de inflexión en la historia política reciente de Bolivia, la justicia ordenó este viernes la reclusión preventiva del ex presidente Luis Arce Catacora. El economista de 62 años, quien abandonó el poder hace poco más de un mes, deberá permanecer en el penal de San Pedro de La Paz por un lapso de cinco meses, mientras el Ministerio Público profundiza las investigaciones sobre su presunta responsabilidad en el caso del Fondo Indígena (Fondioc).
La determinación fue dictada por el juez Elmer Laura tras una maratónica audiencia virtual de casi seis horas, superando incluso la solicitud de la Fiscalía, que había requerido tres meses de privación de libertad.
El retorno del caso Fondioc
Si bien la gestión presidencial de Arce concluyó el pasado 8 de noviembre —dando paso a la administración del centroderechista Rodrigo Paz—, la imputación no se centra en su mandato presidencial, sino en su rol como arquitecto de la economía durante el gobierno de Evo Morales.
El Ministerio Público acusa a Arce de «incumplimiento de deberes» y «conducta antieconómica». La tesis fiscal sostiene que, en su calidad de Ministro de Economía y Finanzas Públicas (2006-2019), autorizó transferencias millonarias de recursos públicos a cuentas particulares de dirigentes campesinos. Estos fondos, destinados teóricamente a proyectos agrícolas bajo el paraguas del extinto Fondo de Desarrollo para los Pueblos Originarios y Comunidades Campesinas (Fondioc), terminaron en obras inconclusas o «fantasmas», un escándalo que estalló en 2015 y que hoy vuelve a cobrar vigencia judicial.
«Una medida extrema»
Durante la audiencia, el juez Laura argumentó la necesidad de aplicar la «medida extrema de detención preventiva» para garantizar la presencia del imputado en el proceso, fijando su estancia en la cárcel hasta, por lo menos, mayo de 2026.
La defensa del exmandatario intentó, sin éxito, apelar a razones humanitarias para conseguir que Arce se defendiera en libertad. Su abogado hizo énfasis en la delicada salud del ex presidente, recordando su historial médico de cáncer linfático, además de su edad. Sin embargo, el juzgado desestimó estos argumentos frente a los riesgos procesales planteados por la parte acusadora.
Luis Arce, quien siguió la audiencia desde dependencias policiales donde pernoctó las últimas 48 horas, tomó la palabra para rechazar tajantemente los cargos:
«Yo soy absolutamente inocente en las acusaciones que alegremente se están vertiendo por aspectos claramente políticos», declaró, calificando el proceso como una persecución orquestada por la nueva administración de Rodrigo Paz.
Traslado a San Pedro
El desenlace de la jornada se vivió en las puertas del penal de San Pedro, en el corazón de la sede de gobierno. Escoltado por un fuerte contingente policial, Arce fue ingresado al recinto carcelario. La escena contrastó con sus años en el poder: el exjefe de Estado cruzó el umbral de la prisión entre los gritos de detractores que se aglomeraron en la Plaza de San Pedro, cerrando simbólicamente un ciclo de 20 años de gobiernos del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Este encarcelamiento no solo reconfigura el tablero político boliviano, sino que plantea interrogantes sobre la estabilidad social en las próximas semanas, dado el arraigo que aún mantiene el exmandatario en ciertos sectores sociales.
