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El emprendimiento puede impulsar el empleo y el crecimiento en América Latina y el Caribe

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América Latina y el Caribe pueden romper con su ciclo de bajo crecimiento impulsando el emprendimiento para crear empleos, estimular la productividad y acelerar la innovación, afirma el nuevo Reporte Económico de América Latina y el Caribe del Grupo Banco Mundial, Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento.

Condicionada por una inflación persistente, el aumento de la deuda, la debilidad de la inversión y la incertidumbre mundial, el informe pronostica que la región crecerá un 2,3 por ciento en 2025 y un 2,5 por ciento en 2026, el ritmo más lento entre las regiones del mundo.

Los gobiernos de la región han guiado sus economías a través de repetidas crisis, preservando al mismo tiempo la estabilidad. Ahora es el momento de seguir construyendo sobre esa base, acelerando las reformas para mejorar el clima de negocios, invertir en la infraestructura apropiada y movilizar el capital privado”, señaló Susana Cordeiro Guerra, vicepresidenta para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.

Panorama regional

El entorno externo sigue siendo complejo, con una caída de la demanda mundial y de los precios de las materias primas que, se proyecta, disminuirán alrededor del 10 por ciento en 2025 y otro 5 por ciento en 2026, lo que perjudicará a sectores clave. La incertidumbre en torno a la política comercial también amenaza el acceso a los mercados y la deslocalización de firmas (nearshoring).

En el ámbito interno, la inflación persiste y la deuda pública se mantiene elevada, con una relación deuda/PIB que ascendió al 63,8 por ciento en 2024, frente al 59,9 por ciento en 2019. La flexibilización monetaria se ha desacelerado en las economías avanzadas, lo que mantiene elevados los costos del servicio de la deuda y encarece el crédito, frenando aún más la inversión, la creación de empleo y el aumento de la productividad.

Emprendimiento transformador

En este contexto, el informe insta a implementar reformas internas para atraer inversión y fomentar el emprendimiento transformador: empresas de alto crecimiento que difunden tecnología, crean empleo y aumentan la productividad.

El emprendedor es el actor clave del desarrollo: identifica oportunidades, innova y asume los riesgos necesarios para generar valor agregado y empleo”, afirmó William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial. “Crear economías más dinámicas en América Latina y el Caribe requerirá fortalecer nuestra reserva de talento emprendedor, al tiempo que se implementen las reformas sistémicas necesarias para su desarrollo”.

Si bien el apoyo al emprendimiento es sólido, la mayoría de las empresas de la región son microempresas o pequeñas empresas con limitadas posibilidades de crecer, representando hasta el 70 por ciento del total de empresas en algunos países. Un grupo más pequeño de empresas «transformadoras» podría impulsar la productividad y la innovación, pero se enfrenta a obstáculos ya conocidos: escasez de financiamiento, una regulación estricta, déficit de habilidades e infraestructura deficiente.

Para estimular el crecimiento y el empleo impulsados ​​por el sector privado, el informe propone una agenda de tres puntos:

  • Invertir en capital humano, clave para la creación de empleo: fortalecer la calidad de la educación en todos los niveles y ampliar el apoyo gerencial para impulsar la formación de emprendedores capaces. Ampliar la capacitación de ciclo corto, alineando los programas de capacitación laboral con las necesidades del sector privado, y actualizar la normativa laboral para proteger a los trabajadores y apoyar el crecimiento empresarial.
  • Apoyar reformas políticas y regulatorias que establezcan un entorno favorable para las empresas: eliminar subsidios distorsivos, reformar los impuestos para impulsar la inversión e invertir en logística, energía e infraestructura digital para reducir las barreras de entrada.
  • Ampliar el acceso a la financiación, incluida la inversión privada: más de una cuarta parte de las empresas enfrentan restricciones crediticias, aproximadamente el doble de la tasa de la OCDE. Es necesario fortalecer la distribución de riesgos, agilizar la resolución de disputas y modernizar las leyes de quiebra para mejorar la asignación de capital y proteger a los acreedores y emprendedores.

Con las reformas adecuadas, América Latina y el Caribe puede fomentar el emprendimiento para impulsar la innovación, ampliar las oportunidades y construir economías más dinámicas y competitivas.

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