No es Bronco, es Branko, por si acaso. Es el presidente del comité Cívico Pro Santa Cruz y fue acusado por dirigentes del pueblo guarayo de haberse apropiado de forma ilegal de una laguna perteneciente a esa TCO. El actual gobierno lo ha denunciado por apropiación ilegal de 27 mil hectáreas de la reserva forestal de Guarayos. Branko se declaró inocente y mando a decir a su abogado que no usurpó nada. También mandó a un set de televisión a “la asesora a de su familia” a insultar a su acusador, el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz.
Branko prefiere no defenderse en persona porque no considera a sus acusadores como iguales a él, son simples. Branko no puede sentarse en la misma mesa ni en el mismo set que aquellos seres deshabitados. Branko no debate porque cree que la verdad comienza en su estancia y termina en su poderosa casa. No escribe sus ideas porque tiene peones intelectuales que debaten sus deseos en la Constituyente. Branko es autonomista no por demócrata, sino porque quiere proteger sus tierras (aunque dice que son de sus hermanas), actitud legítima si son bien habidas. Es autonomista porque desea que la nueva Constitución otorgue a los gobiernos departamentales la atribución de redefinir los límites de las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) y, de ese modo, quedarse “legítimamente” con las tierras de la reserva.
Branko Marinkovic Jovicevic tiene sus raíces en la ex Yugoslavia, sus estudios en Estados Unidos y sus ramas en tierras bolivianas. Es un boliviano de cepa, por eso pide a los compatriotas a “volver a mirarse a los ojos y dejar de lado la política de confrontación entre regiones porque Bolivia no necesita peleas, precisa unidad”. Pero él no mira a los ojos, manda otros ojos a mirar los ojos temerosos de los indígenas desposeídos por la presencia del patrón. No le mira a los ojos a su acusador, contrata otros ojos que destilan odio para mandarlos a mirar.
Paradoja desanimante, Branko sigue como presidente del gobierno moral de los cruceños, pese a que está a punto de extraviar la moral del gobierno de los cruceños al escudarse en el digno Comité Cívico Pro Santa Cruz para defender intereses personales. No va solo a la pelea legal, prefiere la pandilla. No se para de frente, se cobija en la institución. No toma la palabra desde el llano, se compra páginas y páginas de los periódicos para “solicitar” su entereza moral.
Sus amigos dicen que es una persona “hiperactiva y sensible” (El Deber, 2 de junio de 2007). Sus otros amigos comentan que Branko tiene ganas de ser candidato a la Presidencia de la República. Los amigos de sus amigos dicen que con los millones que tiene puede contratar los millonarios servicios del equipo “Our brand is crisis” que asesoró y logró que ganara unas elecciones perdidas el millonario Gonzalo Sánchez de Lozada.
¿Será que por eso dijo en una ocasión que “ira a cada rincón de Bolivia para explicar lo que en verdad es la autonomía, que es solidaridad entre los departamentos”? ¿Fue un anuncio de solidaridad o un discurso de solidaridad? ¿Qué clase de solidaridad es esa que le quita a la tierra los seres que le pertenecen (guarayos)? ¿Quién le hizo creer que la solidaridad es para proteger actos reñidos con la ley? Presumimos su inocencia en el tema solidaridad, mientras no pruebe lo contrario.
Branko
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