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Actividades extraescolares: seis claves para que sean beneficiosas y no sobrecargar a los niños

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Ballet, fútbol, taekondo, natación, patinaje, música y teatro, entre otras tantas, son algunas de las actividades que ocupan la agenda de los niños aparte de su jornada escolar.

Muchas de ellas son actividades educativas y enriquecedoras para el desarrollo de los más pequeños, siempre que les dejen tiempo para el descanso y el juego. Sin embargo, debemos tener cuidado de no sobrecargar a los niños ya que un exceso de exigencia puede provocarle un estrés innecesario y no acorde a su edad. Rimaypampa les comparte seis importantes claves a tener en cuenta antes sobre las actividades extraescolares.

1) Que el niño quiera hacerla

¿Le has preguntado a tus hijos qué quieren hacer? Parece una obviedad, pero a veces prima más el deseo de los padres por la actividad que la del propio niño. Queremos que sean los mejores al tenis o que aprendan chino, pero no tiene sentido que les forcemos.

En ocasiones simplemente decidimos por ellos, sin tener en cuenta sus verdaderos gustos e intereses. Es posible que nuestra organización familiar no nos permita que el niño o niña elija cualquier actividad (por precio, por horarios…). Pero casi siempre existen varias posibilidades.

2) Que sea acorde a sus gustos

No hay una actividad extraescolar ideal, ya que cada niño tiene sus propios intereses. La mejor actividad extraescolar para tu hijo será aquella que haga que se sienta bien, que la disfrute, que no rechace algo que debería ser una afición, un entretenimiento, aparte de que le aporte beneficios a nivel físico o intelectual.

La actividad extraescolar ideal para tu hijo es aquella que le proporcione un aprendizaje entretenido y significativo, que haga con gusto y no le provoque un estrés añadido.

No todos los niños tienen los mismos intereses. Algunos son de actividades más físicas, mientras que otros se decantan por las más artísticas.

En el caso de los deportes, fomentan la práctica de ejercicio y la participación en equipo. Son recomendables para los niños de carácter más retraído pues contribuyen a la sociabilización, favorece las relaciones y pueden hacer nuevos amigos.

Las actividades artísticas como la música, el dibujo o la pintura son más indicadas para los niños que de forma natural tienen interés por alguna de ellas o muestran una sensibilidad especial.

3) No sobrecargarlos

Las actividades extraescolares han de realizarse en su justa medida, ya que apuntar a los pequeños a más extraescolares de la cuenta puede acarrearles consecuencias negativas, haciendo que se desvanezca por completo el objetivo inicial de este tipo de actividades.

Sobrecargar la «agenda» de los niños incluso podría repercutir negativamente en ciertas habilidades cognitivas de los niños, y provocarles estrés y ansiedad por la presión de «no llegar a todo».

La medida más conveniente surgirá de observar al niño pues depende de cada niño y de sus circunstancias personales. Para un niño de 5 años una actividad extraescolar dos veces por semana puede resultar agobiante mientras que para otro puede ser la medida perfecta.

Lo importante es hablar con tu hijo y observar su comportamiento para saber si está entusiasmado, aburrido o cansado. En consecuencia, se ajustará la frecuencia de las clases a lo que sea más conveniente para el niño.

4) Dejarles tiempo libre

Las actividades extraescolares pueden ser muy enriquecedoras, pero los niños también deben disponer de tiempo libre. Algunos padres se obsesionan con ocupar su agenda sin un minuto libre, aunque en muchos casos es culpa de una deficiente conciliación.

Pero lo importante son los niños. Recordemos que tras la larga jornada escolar muchos niños traen deberes para hacer en casa, por lo que sobrecargar su agenda con extraescolares les deja sin tiempo para jugar con otros niños o disfrutar en familia, algo también necesario para su desarrollo.

5) No forzarlos

Las extraescolares son también una oportunidad para que los niños descubran su talento, pero no alarguemos una actividad que vemos que no «funciona» con nuestro niño, incluso aunque sea la en principio él había escogido.

Lo único que conseguiremos es que acabe aborreciéndola. A lo mejor no es el momento adecuado y el próximo año quiera volver a intentarlo.

6) Debe ser un disfrute y no una obligación para el pequeño

Es normal que haya días que le dé pereza, pero es importante que estemos atentos a señales de que ya no disfruta de lo que hace.

Idealmente, podemos buscar actividades para hacer con ellos como por ejemplo yoga, teatro, expresión corporal, etc. De esta forma, la actividad cumple su función educativa y además compartimos con ellos un tiempo precioso, fuera de las rutinas cotidianas.

El exceso de actividades extraescolares en los niños propicia el estrés infantil que se manifiesta con dolores de cabeza, dificultad para conciliar el suelo, falta de apetito, cansancio crónico, etc. También repercute en la imposibilidad de expresar o controlar sus emociones y en preocupaciones que no son acordes a su edad.

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