Por: Alfredo Zaconeta Torrico *
Para nadie resulta novedoso la relación sostenida entre la COB y el gobierno del MAS durante su gobierno.
La cooptación de sus Secretarios Ejecutivos junto a su Comité Ejecutivo Nacional, es bien sabida, como el funcionalismo de la COB a las medidas del gobierno del MAS, al extremo de someterse a la extinta Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM).
Recordemos que la actual Ley de Pensiones, sus cuestionamientos a sus alcances y limitaciones, son resultado de un acuerdo entre el ex ejecutivo de la COB y actual senador por el MAS, Pedro Montes.
Sin embargo, la relación entre la COB y el MAS, estuvo muy marcada con la actual dirigencia, quienes, sin reparos en varias oportunidades reconocieron públicamente su afinidad partidaria a nombre de los trabajadores.
En mayo del pasado año, el actual ejecutivo Juan Carlos Huarachi señaló: “lo primero es lo primero, el binomio Evo-Álvaro, lo segundo compañeros, es el país, es el pueblo”
La frase fue dicha en oportunidad de la proclamación abierta, apoyando a la dupla Evo-Alvaro, de cara a las elecciones generales.
Esa fue una reiterada ocasión para que Huarachi haga gala del servilismo al que sometía a la COB, ante el MAS y sus intereses.
El 10 de noviembre del pasado año, momento en que Morales renunció en medio de la revuelta popular, tras ser sorprendido por el fraude, que junto al MAS montó en las elecciones generales del 20 de octubre de ese mismo año, Huarachi aparece nuevamente junto a Morales, para ratificarle su apoyo, tras optar por el “Silencio Sindical” y prorrogar su mandato hasta el 2022, lograda como favor del entonces ministro de Trabajo Milton Gómez (MAS).
Transcurrieron nueve meses y el servilismo dirigencial pactado a favor del MAS da a luz, de la mano de Huarachi, quien rifa toda la tradición histórica de lucha de la COB, colocándolo nuevamente al servicio del partido azul.
Huarachi sin rubor alguno se llena la boca de un discurso partidista, exigiendo que las elecciones generales se celebren el 6 de septiembre, sin importar el costo de vidas consumadas por el COVID – 19, solo por dar gusto y quedar bien con su jefe instalado en Buenos Aires – Argentina, en el barrio Martínez, de la zona residencial de San Isidro, considerado uno de los sectores más exclusivos de esa capital.
Huarachi está lejos de las reivindicaciones de los trabajadores y sus necesidades, trabajadores que hoy se debaten entre la vida y la muerte; el pseudo dirigente al parecer desconoce que tres estatales mineras – entre ellas su distrito Huanuni – registra más de 33 muertes y 53 contagiados con Coronavirus.
Huarachi hoy convertido en otro burócrata sindical, usa a los trabajadores para marchas exponiéndolos a los riesgos del contagio; Huarachi opta por el bloqueo al país, usando a los trabajadores como carne de cañón, con un fin partidista.
El legado azul continua de Morales a Huarachi, uno de ellos, el cerco a las ciudades y el desabastecimiento
¿Recuerdan la sentencia que nos dio Evo Morales desde México, tras su renuncia cuando fue descubierto su FRAUDE?
“Hermano, que no entre comida a las ciudades. Vamos a bloquear, cerco de verdad. Son las mismas de cuando me han expulsado del Congreso el 2002. Tal vez ocupé el mismo terreno, lo mínimo Cochabamba y La Paz. Bloquearon, y ahora me expulsan de Bolivia y hay bloqueo hasta ganar, hermano” sentenció Morales en noviembre pasado.
En días pasados, Huarachi anunció el bloqueo desde este lunes, pidiendo a la población abastecerse de alimentos, ya que bloquearán las carreteras de Bolivia para que no ingresen alimentos a las ciudades.
“Es importante que la población se abastezca de los primeros artículos de la canasta familiar.
Con esta acción Huarachi, se convierte en el verdugo de la población boliviana, de la sentencia impuesta por Morales tras su renuncia por la rebelión popular que rechazó su fraude, como lo rechazó en el referéndum del 21-F.
La actitud de Huarachi, al igual que la de su jefe prófugo Morales, se constituye en acto inhumano, que atenta contra la integridad de los bolivianos, que al igual del resto del mundo, atraviesan por una crisis sanitaria, lo que implica que el burócrata sindical, cometería un crimen de lesa humanidad contra los bolivianos.
Huarachi, Morales y el MAS, se constituyen en un triunvirato de dictadores, el primero de la clase trabajadora coartando su voz, y prorrogando su mandato al frente de la COB, el segundo que busca retornar al poder por cualquier vía, a sabiendas de que la democracia del pueblo le dijo NO en dos ocasiones, el 21 de febrero de 2016 y el 20 de octubre de 2019; y el MAS por todo lo que representa entre mentira, violencia y corrupción, y, por todo lo que no esta dispuesto a perder.
Alfredo Zaconeta es periodista