Hernán Cabrera M.
El ejercicio de la política en Bolivia ha dejado de ser de exclusividad de los doctores, de los ilustrados, de los que tienen mucho dinero para trascender las fronteras sociales y aterrizar en sectores que solo eran usado para el voto. Desde la revolución nacional de 1952 que abrió los espacios para la participación política de la diversidad social y étnica, pasando por las enormes puertas que abrió a la inclusión el Movimiento al Socialismo con la llegada al poder de Evo Morales, asumiéndose como el primer indígena de ser Presidente de Bolivia, hasta llegar a las elecciones subnacionales del 2026, la dinámica de este derecho político se viste de la diversidad y de rostros de pueblo.
Es que la política es demasiado importante, necesaria y desde donde se pueden concretar acciones como para que sean solo unos cuantos que decidan por el resto de los habitantes de una región, quienes han decidido ejercer sus derechos políticos, que no se limitan solo a elegir y ser elegidos cada cinco años en cargos electivos, sino que ese ejercicio pasa también para participar en procesos electorales como protagonistas, como sujetos elegibles para diputados, senadores, concejales, asambleístas, alcaldes, gobernadores, Presidente y Vicepresidente; pasa por ser tomados en cuenta en cada rendición de cuentas de las instituciones del Estado; pasa por la potestad que tenemos cada uno de opinar, expresarnos y que nuestras voces sean escuchadas por los gobernantes.
La CPE, los tratados internacionales de Derechos Humanos nos garantizan el ejercicio de los derechos políticos en gran escala, como eje fundamental para fortalecer la democracia y sentirnos parte importante de cada uno de los procesos políticos que se desarrollan en los Estados.
Si bien el MAS abrió las puertas de la inclusión social en espacios de poder, que incluso provocó malestar en las élites profesionales, políticas, empresariales, cuando fueron posesionados como ministra de Justicia una trabajadora del hogar; o una campesina en otro Ministerio; o en los curules de diputados o senadores veíamos a indígenas, mineros, campesinos, lo que estuvo bien, pero que esa inclusión no fue de propiedad exclusiva de este partido político y de su jefe máximo, como tampoco esa inclusión solo es de propiedad de estos sectores, sino que ahora este proceso social ha abarcado a tantos representantes ciudadanos, como lo estamos viendo en las candidaturas a las alcaldías, concejalías, gobernaciones y asambleístas rumbo a las elecciones subnacionales de marzo de 2026.
Precisamente la inclusión social en el ejercicio de la política nos permite tener un escenario mucho mas variado y pintoresco, en el que tiene un factor importante la presencia y el uso de las redes sociales que han hecho de varios sujetos como potenciales candidatos, porque adquirieron fama, ser conocidos, llegando a impactar en la sociedad con sus videos, mensajes de todo calibre.
Ahí estarán los candidatos influencers, tiktokeros, emergentes de las redes sociales, que ahora se las verán en la cancha de la política, en la realidad intensa y dinámica.
Hoy en día la política corre por las venas de cada ciudadano. No otra cosa significa que en reuniones familiares, sociales, comparsas, fraternidades, en asambleas el tema imprescindible es la marcha de la COB, el paquete económico del gobierno, las candidaturas para alcalde, concejales, gobernador, asambleístas, opinando sobre cada uno de ellos, criticando. La gente opina, habla, descalifica a unos y a otros, quiere que su voz sea escuchada. Además da rienda suelta a su imaginación, al sarcasmo, al humor.
Causó revuelo en las redes sociales la candidatura a concejal de la modelo y vedette, Mayte Flores, quien de su pasado no se averguenza, sino que lo asumió como un modo de vida. Las críticas han llovido contra su postulación, siendo la mayoría de ellas, que para un cargo así la persona debe tener cierta preparación, trayectoria, conducta moral, etc.
Al igual las críticas se hicieron escuchar contra el emprendedor solidario, Alfredo Solares, que decidió incursionar en la política. Ambos tuvieron en la solidaridad su principal aliado para que ahora sean candidatos. La gente lo ve así. Son los offsiders, que en otros países han triunfado de manera clara. Es decir son esos que no son políticos, pero que ingresan a la política para disputar un alto cargo electivo.
En este proceso electoral veremos un ramillete de personajes como candidatos, quienes han decidido ejercer su derecho político de ser elegidos para un cargo, reto mayor, que deberá significar en cada uno de ellos una enorme responsabilidad en varios niveles: prepararse para el efecto y no dejarse embaucar por las mieles del poder y usarla la misma para el circo, para beneficio propio o hacer lo que está haciendo el vicepresidente, Edmand Lara, que pasó a ser el enemigo numero uno del gobierno de Rodrigo Paz, que a plan de tik tok, busca desestabilizar y tumbar a su propio gobierno. Ironías de la política.
La política recorre las venas del ciudadano, es algo tan indispensable y revitalizador asumirlo de esa manera, que desde la perspectiva del filósofo alemán Karl Popper, os convoca a una lucha conjunta: “La voluntad de estos seres no es quedarse cruzados de brazos, dejando que toda la responsabilidad del gobierno del mundo caiga sobre la autoridad humana o sobrehumana, sino compartir la carga de la responsabilidad o los sufrimientos evitables y luchar por eliminarlos”.
El desafío de todos ellos, si es que son elegidos, está en no convertir en circo sus espacios de poder, sino cumplir dignamente sus altas responsabilidades. La democracia vive.
Hernán Cabrera es periodista y filósofo

