La Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático (PBFCC) se pronuncia ante las amenazas contra la naturaleza boliviana. Emitió un pronunciamiento en respuesta a las pretensiones de introducir nuevos eventos transgénicos y en el que propone la agroecología y la agricultura familiar.
“Bolivia se encuentra en un momento crítico en el que las decisiones políticas y económicas en discusión podrían redefinir profundamente su futuro ambiental, social y económico”, destaca un pronunciamiento de la Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático (PBFCC), ante la situación de crisis ambiental que atraviesa el país por diversos factores.
Al respecto, el secretario técnico de la Plataforma, Juan Carlos Alarcón, comentó: “Bolivia es un país con una inmensa biodiversidad y un legado cultural basado en prácticas ancestrales de agricultura familiar y agroecológica que no son fortalecidas, a pesar de que estas podrían ser una alternativa económica a la agroindustria y la producción que depreda, deforesta y pone en riesgo el futuro ambiental de nuestro país, a pesar de que esa producción, en su gran mayoría, solo sirve para la exportación de soya y otros granos genéticamente modificados y que, por eso mismo, también daña irreversiblemente nuestro territorio”.
Con la alerta de que Bolivia se encuentra en un “momento crítico”, la Plataforma emitió el mencionado pronunciamiento en respuesta a las decisiones políticas y económicas de las autoridades nacionales, debido a que estas podrían redefinir profundamente “el futuro ambiental, social y económico [del país]”, según se lee en el documento respaldado por las más de 50 organizaciones de la sociedad civil que componen la Plataforma.
Sentencia constitucional sobre los mercados de carbono
En su parte resolutiva, el pronunciamiento, publicado el 16 de agosto último, incluye varios puntos, entre ellos el cuestionamiento a normas que promueven las actividades que no solucionan problemas estructurales:
La PBFCC rechaza la “Sentencia Constitucional Plurinacional 0040/2024 del 19 de junio de 2024, dictada por los tribunales autoprorrogados y que constitucionaliza la mercantilización de las funciones ambientales. Esta determinación se entiende como una violación a la Constitución Política del Estado, en su artículo 357, sobre los derechos de la Madre Tierra y da vía libre a la privatización de las funciones ambientales: “La polinización, filtración, purificación y desintoxicación (aire, agua y suelo), el control biológico, el reciclado de nutrientes, formación de suelos, la regulación de gases con efecto invernadero (reducción de emisiones de carbono, captación o fijación de carbono), y otras. Siendo que los recursos naturales (materiales e inmateriales) son de propiedad del pueblo boliviano”.
Ante esta realidad, el documento consensuado entre las organizaciones de la sociedad civil destaca:
- “Rechazamos los mercados de carbono porque se trata de una de las falsas soluciones a la crisis climática. Los esquemas de compensación son mecanismos perversos que no abordan las causas estructurales que originan esta crisis. Las experiencias y evidencias han demostrado no ser equitativas y transparentes. Las comunidades indígenas tienen una participación mínima, y el ‘beneficio’ solo llega a algunos, mientras corrompen y debilitan las estructuras sociales comunitarias”.
Además, “estos mecanismos de supuesta compra sirven para que los contaminadores disfracen sus actividades, pero continúen con sus prácticas perniciosas”, continúa la publicación.
Intereses foráneos afectan al país
Más adelante, el documento denuncia: “La injerencia de grandes empresas certificadoras internacionales de mercados de carbono (…) que trabajan en a favor de una agenda de deforestación silenciosa a través del convencimiento deshonesto de líderes indígenas para ceder sus derechos sobre los bosques con la finalidad de mercantilizar las funciones ambientales de la Madre Tierra”.
“Rechazamos —añade el texto— la propuesta innecesaria de un referéndum para retirar la subvención a los combustibles, trasladando la responsabilidad del Estado a la sociedad. Este retiro no cambiará en nada la realidad del país, ya que seguiremos importando la misma cantidad de combustibles, necesitando la misma cantidad de dólares para pagar esta importación, la diferencia está en que esto se convertirá en un negocio rentable para privados que serán quienes comercialicen”.
Nuevos eventos transgénicos en desmedro de la soberanía alimentaria y la Madre Tierra
La PBFCC recuerda que está en contra del uso de biocombustibles porque promueven la siembra de especies foráneas que afectan los ciclos climáticos del suelo boliviano e incrementan la deforestación, endeudan a los productores y no garantizan ingresos para ellos, debido a que el precio de este tipo de combustibles es fluctuante.
Otro asunto de preocupación para la PBFCC es la producción de alimentos transgénicos. La organización rechaza “la aprobación y uso de eventos, como el HB4, en soya y trigo, porque son una amenaza a la soberanía alimentaria creando dependencia de semillas y tecnologías de empresas multinacionales, en desmedro de los agricultores y productores locales” y, como colofón, ponen en riesgo la salud de los futuros consumidores y los propios productores. En esta línea, la PBFCC amplía su preocupación en contra de los agroquímicos usados por estos cultivos.
Como una respuesta a esta situación, la institución, recuerda que la agroecología es “una alternativa de producción de alimentos saludables y en armonía con nuestro medioambiente, además de ser una alternativa frente a los monocultivos generados por los biocombustibles”. En esta línea, la Plataforma recuerda que “si bien, desde el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras está en preparación una estrategia nacional de agroecología, consideramos una incoherencia que las autoridades aprueben y acepten todo lo anteriormente mencionado porque va en contra del enfoque de la propia agroecología”.
Finalmente, el comunicado destaca: “Demandamos que se tomen medidas reales y efectivas que respeten los derechos de la naturaleza y de las comunidades; que no fomenten las falsas soluciones, que solo pretenden perpetuar un modelo insostenible y ponen en juego el futuro y el bienestar de los bolivianos. Es importante que se promuevan enfoques verdaderamente sustentables, basados en la agroecología, el respeto a la biodiversidad, la protección de la salud de nuestros pueblos y la integridad de nuestros ecosistemas. El no actuar con urgencia y responsabilidad nos llevará a consecuencias irreversibles que afectan a nuestros ecosistemas y la calidad de vida de generaciones presentes y futuras”.