Organizaciones sociales y representantes del XI Foro Social Panamazónico (FOSPA) hicieron un llamado a los estados y a la sociedad en su conjunto a cumplir el mandato que emergió en Rurrenabaque y San Buenaventura en rechazo a la destrucción de la Amazonía y en defensa de la vida en esta parte del planeta.
Asimismo, invocaron a los habitantes de las ciudades a unirse a los pueblos indígenas y comunidades campesinas en defensa de los ríos, los bosques y la naturaleza, porque las afectaciones de la crisis climática llegan también a las urbes, por ejemplo, con la falta de lluvia.
Estas declaraciones fueron dadas a conocer en una conferencia de prensa de diversos líderes sociales e institucionales, realizada la mañana de este miércoles en La Paz, donde anunciaron que a partir de ahora se inicia el proceso de socialización e incidencia del mandato del XI FOSPA, realizado entre el 12 y el 15 de junio en Rurrenabaque y San Buenaventura, con la presencia de más de mil participantes de nueve países amazónicos.
Entre las conclusiones más relevantes del XI FOSPA están el rechazo a toda forma de extractivismo (minero, petrolero, maderero, agroindustria, biocombustibles), la búsqueda de un acuerdo por la vida en reemplazo de los pactos gubernamentales, la reivindicación de las autonomías indígenas sin tutela estatal y la exigencia de garantías para el trabajo de los defensores y defensoras de derechos y de la naturaleza, que actualmente están siendo criminalizados, perseguidos y hasta asesinados.
Luis Rojas, en representación del Bloque de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Norte Amazónico de Bolivia (BOCINAB), dijo que el mandato del FOSPA será de conocimiento de los estados, pero que también es importante exigir el cumplimiento de los acuerdos internacionales, como el de Minamata, sobre la prohibición del uso del mercurio en la minería; o el de Escazú, sobre la transparencia y garantías para los defensores de la naturaleza.
Joao Pedro, del FOSPA Brasil, dijo que “más allá de presionar a los gobiernos”, lo que hace falta es articular fuerzas entre los pueblos indígenas y entre el campo y la ciudad.
Mientras que el padre Diego Plá, de la Red Eclesial Panamazónica, señaló que lo más importante es visibilizar este mandato para presionar a los gobiernos. Puso como ejemplo el caso de Bolivia, que es el segundo país importador de mercurio del mundo y tiene al 90% de los ríos contaminados, entonces “sí o sí tiene que haber medidas para que cambie esta situación”.
En ese sentido, el siguiente paso es la campaña de socialización del mandato y la exigencia a los gobiernos para que escuchen las conclusiones del FOSPA, dijo Walter Limache, coordinador del programa NINA de UNITAS y representante del FOSPA Bolivia. Luego, los resultados serán llevados a la COP 16 de Colombia en octubre de este año y la COP 30 en Belém do Pará, Brasil, en 2025.
La representante del FOSPA Brasil, Sonia Sifuentes, destacó que el FOSPA no es un evento, sino un proceso, por lo que la lucha y la incidencia son constantes.
“Desde la mirada de las mujeres, hacemos un llamado a la sociedad civil a comprometerse, a ejercer los derechos, a hacer garantizar derechos de la vida de los pueblos indígenas”, dijo la presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB), Wilma Mendoza, durante la conferencia de prensa que se desarrolló en la Federación de la Prensa de La Paz.
Sumando Voces