/

Aumenta delincuencia en Amazonia brasileña

477 views
3 mins read

La violencia en la región amazónica brasileña va en aumento y alberga ya 13 de las 30 ciudades más violentas del país, ya que el narcotráfico y los delitos medioambientales asolan la región, según la encuesta Cartografía de la Violencia en la Región Amazónica, publicada recientemente por el Foro Brasileño de Seguridad Pública, un grupo de expertos con sede en São Paulo.

La investigación destaca tres factores principales para el aumento de los registros violentos en la Amazonia: el incremento de la presencia de facciones del crimen organizado, y las disputas entre ellas por las rutas transnacionales de la droga; la deforestación para desarrollar la agricultura y la ganadería; y la minería ilegal y el avance de esta actividad sobre las tierras indígenas.

Facciones del narcotráfico

Las organizaciones de narcotraficantes están presentes en los nueve estados de la Amazonia Legal. Hay 21 facciones, según el estudio, pero tres de ellas lideran las disputas por el mando del territorio: el Primer Comando de la Capital y el Comando Rojo –que nacieron hace unos 30 años y tienen una presencia más incisiva en el norte del país desde 2018–, y la Familia Norte, formada en el estado de Amazonas en 2007.

Siete países limitan con la Amazonia brasileña: Bolivia, Colombia y Perú, considerados los principales productores de cocaína del mundo, además de Guyana, Guayana Francesa, Surinam y Venezuela. La proximidad a las naciones proveedoras de drogas es una de las razones que explican, según el estudio, la atracción de las organizaciones de narcotraficantes hacia la región. La cuestión se complica aún más por los vínculos entre los grupos criminales brasileños y los de los países sudamericanos: “Las facciones brasileñas dependen de estas relaciones para recibir la droga y poner en pleno funcionamiento la venta de cocaína, éxtasis y skank [marihuana con altos niveles de THC] en el mercado interno y en transacciones que involucran al mercado global”, destaca el estudio.

Deforestación

Con una gran eficacia en la detección de irregularidades en la selva y en los cuerpos de agua, los satélites de la FAB contribuyen a la vigilancia de la región amazónica. (Foto: Fuerza Aérea Brasileña)

El estudio también revela que las zonas sometidas a la presión de la deforestación son más violentas que las zonas boscosas. Los conflictos por la tierra son la principal razón de estas tasas, como las causadas por la ocupación ilegal de terrenos. Este tipo de acción delictiva suele utilizar la deforestación, los incendios y la falsificación de documentos para apoderarse de tierras que pertenecen al poder público o a particulares. Según el estudio, “la deforestación funciona como un factor de aumento del precio de la tierra, que puede llegar a valer más de 20 veces el de las tierras que aún están cubiertas por bosque”.

Minería ilegal

En el contexto actual de la región amazónica, la minería ilegal genera conflictos entre indígenas, mineros, ambientalistas, fuerzas de seguridad pública, y facciones criminales del crimen organizado, que desde 2018 han comenzado a explotar la actividad como forma de lucro y lavado de dinero.

La huella de la minería ilegal ha aumentado en la Amazonia brasileña, donde los territorios indígenas son los más afectados. Un estudio realizado por el proyecto MapBiomas –una red de colaboración formada por ONG, universidades y empresas de tecnología en Brasil, que monitorea las transformaciones del territorio brasileño–, indicó que el área de minería ilegal en tierras indígenas creció un 495 por ciento entre 2010 y 2020.

Además de la deforestación, el mercurio que utilizan los mineros para extraer el oro es tóxico y muy perjudicial para el medio ambiente y la salud humana. Según el Ministerio Público Federal de Amazonas, cada kilogramo de oro extraído ilegalmente en la Amazonia produce al menos USD 310 000 (1,7 millones de reales) en daños ambientales.

Combate

Para hacer frente al complejo problema de la violencia en la Amazonia, el Gobierno de Brasil amplió sus actividades en la región. A partir de 2018, el Ejército de Brasil (EB) envió 1624 militares más a los comandos de la Amazonia en el norte y el oeste, que tienen jurisdicción sobre el territorio amazónico. La cifra representa un aumento del cinco por ciento del personal en la región, dijo a Diálogo el Centro de Comunicación Social del Ejército (CCOMSEx). Actualmente, el EB cuenta con 32 622 militares que prestan servicio en la región.

También aumentó el número de operaciones de lucha contra los delitos transfronterizos y medioambientales. El CCOMSEx informó que, sólo en el Comando Militar de la Amazonía, se habían realizado 125 operaciones hasta mayo de 2022, mientras que en todo el 2021 se habían realizado 148 operaciones.

La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) también dio un paso importante en 2022 en relación con la vigilancia de la mayor selva tropical del mundo. En mayo, la FAB lanzó al espacio dos microsatélites. El equipo contribuye a las acciones del Centro Operativo y de Gestión del Sistema de Protección de la Amazonia, organismo subordinado al Ministerio de Defensa.

Las imágenes captadas por los satélites se utilizarán para apoyar la lucha contra el narcotráfico y la minería ilegal, actualizar los productos cartográficos, determinar la navegabilidad de los ríos, visualizar los incendios forestales, controlar las catástrofes naturales, vigilar la Zona Económica Exclusiva, y apoyar las operaciones de vigilancia y control de las fronteras, informó la FAB en un comunicado.

Diálogo Américas

Facebook Comments

Latest from Blog