Como parte de las actividades enmarcadas en el fortalecimiento del voto informado de cara al proceso electoral boliviano, La Ruta de la Democracia presentó este martes 1 de septiembre el conversatorio internacional “La democracia liberal y el populismo en la actualidad”. El orador principal fue el Dr. Fernando Casal Bértoa, profesor titular de Política Comparada de la Universidad de Nottingham, Inglaterra, quien manifestó que los partidos políticos tradicionales, principalmente en Europa, perdieron apoyo y confianza ciudadana desde la década del 50 y ese es uno de los motivos del surgimiento de los partidos anti-establishment (anti sistema) y populistas. Un “remedio” para ello, dijo, es la inversión en institucionalizar los partidos tradicionales para que se fortalezcan y recuperen sus funciones.
“Los partidos políticos dejaron de representar y movilizar. Se produjo el distanciamiento mutuo entre votantes y políticos porque lo que se hizo fue representar más al Estado que a los votantes. Lo que hicieron fue refugiarse en el Estado ante ese miedo del cambio electoral, a cobrar del Estado, a recibir financiación pública. Eso llevó a que los partidos no se preocuparan de hacer seguimiento y tener lazos con los votantes”, manifestó el español Casal Bértoa quien, con menos de 45 años, es considerado un referente en la investigación de los sistemas de partidos políticos.
Lo acompañaron en el comentario María Teresa Zegada, politóloga, docente de la Universidad Mayor de San Simón e investigadora del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) y Marco Aurelio Velasco, director de la Carrera de Ciencia Política y Gestión Pública de la Universidad Mayor de San Andrés. El evento fue transmitido mediante el Facebook y el canal de YouTube de La Ruta de la Democracia.
En otro momento de su alocución, Casal Bértoa manifestó que la democracia representativa está enferma y que uno de los “tumores” son los partidos populistas que se manifiestan como un síntoma. Ante ello planteó tres posibilidades. Primera, extirpación o prohibición de estos partidos. Segunda, establecer un “cordón sanitario” equivalente a una quimioterapia. Sobre estas dos opciones manifestó que no funcionan. A partir de esto, como tercera vía, planteó acudir a una “medicina alternativa” con un cambio de dieta que implique la inversión en institucionalización de parte de los mismos partidos políticos como medida inicial.
Sobre el primer punto propuesto, la politóloga Zegada manifestó su desacuerdo. “Son malas las ideas de extirparlos o hacerlos desaparecer (a los partidos populistas) porque están representando a sectores que se han sentido excluidos del sistema de partidos anterior y están buscando formas de representación”. No obstante, observó que en Bolivia existe una crisis de militancia y compromiso político y que las siglas están vacías.
A su turno, Velasco, desde una perspectiva genérica del populismo más allá de los partidos, consideró que es necesario. “Han sido, por lo menos en Bolivia y algunos países de la región, factores de cohesión en momentos de crisis”, expresó. Sin embargo, dijo que el centralismo a ultranza es una de las acciones y características de gobiernos populistas donde se instala la idea de que el Estado debe otorgar felicidad. “¿Qué es lo que debemos hacer? Hay que empezar a ciudadanizar la política”, reforzó.
La figura de un caudillo, la izquierda y la derecha
La imagen del líder, de un caudillo, también fue abordada en este conversatorio. Desde la perspectiva de Zegada, el caudillismo y el personalismo no sólo es de los partidos populistas, sino que se encuentran ejemplos en todos los frentes. Coincidió en este punto Casal Bértoa.
“La mayoría de los partidos populistas son caudillistas. Pero también se ve, desafortunadamente, ese caudillismo en partidos tradicionales. Lo vemos en el partido republicano americano, en el partido conservador británico, en el Partido Socialista Español. Pero en partidos institucionalizados se puede luchar más contra ese caudillismo”, explicó Casal Bértoa.
Respecto a las posiciones ideológicas de los miembros de los partidos populistas, el investigador español manifestó que no existe una sola tendencia y que existen populismos en ambos flancos. “En Europa la mayoría de los partidos populistas tienden a ser de derechas, mientras que en Latinoamérica tienden a ser de izquierdas”, concluyó.