#gentedebuenafe
Licy Tejada Soruco
Más de 2 millones de hectáreas en las que nunca debió ocurrir desmonte fueron desmanteladas en una década. Es decir, un promedio de 200 mil hectareas se desmontaron cada año, violando toda normativa vigente en cuanto a capacidad de uso mayor del suelo, Servidumbres ecológicas, bosques de protección, concesiones forestales, Reservas.
El año 2013, con una ley que, supuestamente, estaba destinada a Producción de Alimentos y Restitución de Bosques, en esas áreas desmontadas, se «regularizaría» la situación ilegal, pero no fue así, no se cumplieron esos objetivos en el plazo fijado por lo que sí hicieron fue restituir nuevamente la ley llamada del «perdonaso», esta vez introduciendo aspectos que beneficien también a los ilegales chicos e Indígenas en TPFP y en Reservas Forestales, paralelamente se amplió también el plazo para el cumplimiento de la FES, vía desmontes ilegales-legalizados, claro.
El histórico de desmontes ilegales en Bolivia es de más de 9 millones deforestados, la superficie cultivada no llega a los 2 millones, el resto son barbechos degradados que van dejando atrás.
A la fecha, nadie ha evaluado los brutales efectos de estas normas que eliminaron ipso facto el blindaje normativo de los bosques en Bolivia y es en este desolador panorama que la semana pasada, a contrapelo, salieron unos cuantos dirigentes allegados al gobierno a anunciar que elaborarán una nueva ley de Bosques, ya que la actual es neoliberal, favorece a los ricos y les impide el derecho al trabajo, desmontando. Esa versión la apoyó el Presidente Morales.
Estoy segura de que ni han leído la actual ni les interesa normar el uso y acceso a los bosques, lo que sí quieren es otra ley que dé vía libre a los desmontes. Es decir, de aquí en más no habría desmontes ilegales en Bolivia y hasta alcanzaría con eso el gobierno una de sus contribuciones a la disminución de los cambios climáticos; «Deforestación Ilegal 0».
Incluso, cuando el Presidente les dijo a los cocaleros de los yungas que les daría tierras en Santa Cruz, estaba informado de que por reincidencia en desmontes, ya le correspondía revertir derechos, especialmente en San Ignacio de Velasco.
Si estos no son los temas de fondo que a todos nos deben convocar, no creo que haya otra oportunidad ni para los bosques, ni para nosotros.
No pueden media docena de privados agremiados en movimientos sociales (tal como los mineros en cooperativas), y en sectores productivos, definir el destino de los bosques de Bolivia.
